ASISTENCIA A UNA JORNADA DE ANILLAMIENTO
Y TALLER DE IDENTIFICACIÓN DE LIMÍCOLAS
La celebración del Día de las Aves la realizamos este año el domingo 4 de octubre en la Reserva Natural Parcial de la Ría de Villaviciosa, donde desarrollamos dos actividades: la asistencia a una jornada de anillamiento del grupo “Torquilla” en el porréu (terreno ganado a la marisma) de Sebrayu de Abajo (de 08.00 a 10.30), y un taller de identificación de pequeñas limícolas (chorlitejos y correlimos), con una parte teórica (11.00 a 12.30), impartida en el Centro de Interpretación de la Reserva (cuya sala fue cedida para la ocasión por el Principado y acondicionada por Sigma, la empresa encargada de su gestión), y otra parte práctica (12.30 a 18.30, con una pausa para la comida), consistente en una salida al campo por la ría.
Los participantes en la jornada en el Prememtoriu observando limícolas en el Bornizal |
Miguel, soltando un Correlimos Común (Calidris alpina). Foto de Jaime G. |
La participación, 16 personas, puede parecer reducida, pero dado el tipo de actividades que se plantearon, existía un cupo de 20 plazas, por lo que puede considerarse muy satisfactoria. La mayoría de los participantes fueron socios de SEO-Asturias o personas vinculadas con el grupo y que ya habían acudido previamente a otras convocatorias, pero cabe destacar la presencia de un visitante de Murcia y de un matrimonio con un niño de 11 años, Miguel, que siguió con entusiasmo todas las partes del programa.
Trabajos de anillamiento con un Cetia Ruiseñor (Cettia Cetti) |
La jornada de anillamiento formaba parte de la actividad regular de “Torquilla” en la ría a lo largo del período de paso otoñal; de hecho, era su penúltimo fin de semana de trabajo. Fue una jornada tranquila, pero productiva a efectos de que los asistentes pudiesen conocer de primera mano cómo se capturan y manejan las aves, y qué tipo de especies caen en las redes en un ambiente de estuario. Paloma y Vicente, dos de los miembros de “Torquilla” (también estaban allí Barto y Omar), explicaron, mientras esperábamos por la primera ronda de capturas, la finalidad y los sistemas de anillamiento. Luego llegaron los pájaros y la demostración práctica de cómo se manejan, qué medidas se les toman y cómo se hace, la datación de sexo, edad y condición física, y, por supuesto, la identificación de cada especie.
Hubo variedad: correlimos común (Calidris alpina),
Correlimos común (Calidris alpina). Foto de Javier M. |
petirrojo europeo (Erithacus rubecula),
Petirrojo europeo (Erithacus rubecula). Foto de Jaime G. |
ruiseñor pechiazul (Luscinia svecica) –el más celebrado–,
Ruiseñor pechiazul (Luscinia svecica) Foto de Javier M. |
Ruiseñor pechiazul (Luscinia svecica) Foto de Javier M. |
cetia ruiseñor (Cettia cetti), cistícola buitrón (Cisticola juncidis) –una recaptura, es decir un ave anillada por el grupo que volvió a caer en la red–,
Cistícola buitrón (Cisticola juncidis) Foto de Jaime G. |
carricero común (Acrocephalus scirpaceus),
Carricero común (Acrocephalus scirpaceus). Foto de Jaime G. |
carricerín común (Acrocephalus schoenobaenus), mosquitero musical (Phylloscopus trochilus)
Mosquitero musical (Phylloscopus trochilus). Foto de Jaime G. |
y curruca zarcera (Sylvia communis).
Curruca zarcera (Sylvia communis). Foto de Jaime G. |
Miguel liberando una Curruca zarcera (Sylvia communis). Foto de Jaime G. |
A casi todos los liberó Miguel, tras aprender la forma correcta de sujetarlos. Además, durante el tiempo que pasamos en el observatorio de El Picu, donde se llevaron a cabo el manejo y la toma de datos de las aves, hubo oportunidad de observar algunas de las especies más comunes y/o características de la ría, como el ánade azulón (Anas platyrhynchos), la garza real (Ardea cinerea), la garceta común (Egretta garzetta), la garcilla bueyera (Bubulcus ibis), el cormorán grande (Phalacrocorax carbo), el andarríos chico (Actitis hypoleucos), la gaviota reidora (Larus ridibundus) y el martín pescador común (Alcedo atthis). También nos sobrevolaron algunas golondrinas comunes (Hirundo rustica) en paso.
El taller de identificación de
chorlitejos y correlimos, impartido por el coordinador de SEO-Asturias, Luis
Mario Arce, ofreció a los asistentes las claves necesarias para diferenciar
unas especies de otras, así como para discernir en cada especie las variaciones
de plumaje por sexo, edad, muda y origen geográfico. Algunos de esos datos
calaron enseguida (por ejemplo, el anillo orbital amarillo característico del
chorlitejo chico Charadrius dubius en
todos sus plumajes), pero otros se llevaron a casa (se entregaron apuntes) como
“deberes”. La salida al campo (repartida entre el propio Centro de
Interpretación, la punta de El Prementoriu, en la margen derecha, en el delta
mareal, y el observatorio y las charcas de El Cierrón, en la cola de la ría)
pretendía poner en práctica la lección, pero hubo poca suerte y las únicas
limícolas presentes de las tratadas en el curso fueron el chorlitejo grande (Charadrius hiaticula) y el correlimos
común, dos de las más regulares y numerosas en paso y en invierno. Sí se vieron
otras especies de la familia de los correlimos (Scolopacidae), en concreto
zarapito real (Numenius arquata), archibebe
claro (Tringa nebularia), aguja
colinegra (Limosa limosa), agachadiza
común (Gallinago gallinago),
andarríos chico y el poco común andarríos bastardo (Tringa glareola). Hubo más suerte con las aves rapaces, pues fueron
localizados sendos ejemplares juveniles de águila pescadora (Pandion haliaetus) y de aguilucho
lagunero occidental (Circus aeruginosus),
así como un milano real (Milvus milvus)
y un halcón peregrino (Falco peregrinus)
de la población local, aparte de algunos busardos ratoneros (Buteo buteo), y también se dieron bien
las rálidas en El Cierrón, donde vimos bien dos rascones europeos (Rallus aquaticus) entrando y saliendo de
los juncales, y, fugazmente, una polluela pintoja (Porzana porzana). En este espacio se descubrieron, además, tres
ruiseñores pechiazules, y había un grupo de cercetas comunes (Anas crecca), como lo más destacable. A
Miguel, el benjamín del grupo, le gustó especialmente –“increíble”, fue su
exclamación al verla a través del telescopio– una espátula común (Platalea leucorodia) que se alimentaba
en Misiegu. Dos corzos (Capreolus capreolus)
pastando al atardecer en una pradera en la zona de El Pino, en la vertiente
este del valle de la ría, pusieron un bonito colofón a este Día de las Aves.
Agachadiza común (Gallinago gallinago). Foto de Javier M. |
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