OBJETIVO:
ENDEMISMOS INSULARES
Relato de
un viaje ornitológico a Fuerteventura
y Gran
Canaria (1 al 4 de Noviembre de 2017)
Luis Mario Arce
Con
la vista puesta en dos endemismos canarios, cada uno de ellos exclusivo de una
sola isla: la Tarabilla
canaria, confinada a Fuerteventura, y el Pinzón azul de Gran Canaria, este
último elevado a rango de especie en 2016 (previamente era tratado como
subespecie del ahora Pinzón azul de Tenerife), un grupo de amigos, miembros de SEO-Asturias, pusimos rumbo al archipiélago
macaronésico aprovechando el puente festivo de Todos los Santos (1 al 4 de
noviembre). Contábamos allí con el apoyo inestimable de Ignacio Ilisástigui,
residente en Gran Canaria desde hace más de dos décadas, quien pensaba habernos
acompañado durante toda la estancia, aunque finalmente solo pudo hacerlo los
dos últimos días, en su isla. Al lado de los dos objetivos prioritarios,
cumplidos más que satisfactoriamente, figuraban en nuestra lista de “los más
buscados” otros endemismos canarios o macaronésicos, de los cuales logramos ver
Vencejo
unicolor, Bisbita caminero, Mosquitero canario, Herrerillo de
Gran Canaria (elevado a categoría de especie por Illera et al 2016) y Serín canario, así como las
subespecies locales de Alimoche común (majorensis), Gavilán
común (granti), Busardo ratonero (insularum, en Gran Canaria, y la recuperada lanzarotae, en Fuerteventura, que parece ser fruto de una
hibridación antigua con Busardo moro), Cernícalo
vulgar (dacotiae, en
Fuerteventura, y canariensis, en Gran
Canaria), Pico picapinos (thanneri), Terrera
marismeña (polatzeki), Mirlo común (cabrerae),
Currucas tomillera (orbitalis) y cabecinegra (leucogastra), Alcaudón
“desértico” (o norteño, según la referencia taxonómica) (koenigi), Pardillo
común (harterti) y Camachuelo trompetero (amantum). Completaron el “top” de la lista el Halcón tagarote, el Corredor
sahariano y el Tarro canelo, este último de interés por tener
aquí su único punto de cría en España. La gran ausente fue la Avutarda hubara
canaria, pese al intenso esfuerzo de búsqueda dedicado a
localizarla, que obligó a reorganizar el programa para concederle más tiempo.
DÍA 1: VINI, VIDI,
VINCI
Pasamos
la noche de Halloween a bordo de un autobús, camino del aeropuerto de Barajas,
de donde volamos a Fuerteventura a las 11 de la mañana. Aterrizamos en la isla
a las 13.30. Cumplidas las gestiones del alquiler de coches (había una larga
cola, tanto que nos dio tiempo de sobra a comer durante la espera), nos
dirigimos directamente al primer punto de observación: la pista que comunica el
poblado de Las Parcelas (colonia
García Escámez) con la presa de Los
Molinos, en la costa oeste central (municipio de Puerto del Rosario).
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Paisaje. Foto Jose Antonio García |
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Paisaje. Foto Jose Antonio García |
Potencialmente, aquí podíamos localizar todos los objetivos prioritarios de la isla.
No hizo falta llegar hasta allí para ver la especie estrella del día: la Tarabilla
canaria; un macho nos salió al paso en la carretera, cerca del
pueblo de Triquivijate.
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Tarabilla canaria. Macho. Foto Luis Mario Arce |
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Tarabilla canaria. Hembra. Foto Luis Mario Arce |
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Tarabilla canaria. Macho. Foto Jose Antonio Garcia |
Antes, aún
en el entorno del aeropuerto, parte del grupo vio un Vencejo unicolor (que volvería a
localizarse en el mismo punto al día siguiente) y en el camino hubo ocasión de
observar algunos Cernícalos vulgares y alcaudones “desérticos”, así como una colonia de ardilla terrestre de Berbería (introducida) al
margen de la carretera, a la entrada del pueblo de Antigua.
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Cernícalo vulgar. Foto Javier Martín |
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Alcaudón "desértico". Foto Jose Antonio García |
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Ardilla terrestre. Foto Jose Antonio García |
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Ardilla Terrestre. Foto Jose Antonio García. |
La pista de la presa de Los Molinos no fue fácil de
encontrar: no está señalizada y las indicaciones que teníamos la situaban a la
salida del pueblo, cuando su acceso está dentro de la zona urbanizada, junto a
una explotación de cabras. Una vez en el sitio correcto, no tardaron en presentarse
el Tarro
canelo (del que veríamos casi un centenar de individuos, la mitad
posados en el embalse), el Bisbita caminero, el Alimoche común, el Busardo ratonero y, de nuevo, la Tarabilla
canaria: un macho (vimos dos) posó para las fotos a placer y, como
dato de interés fenológico, también observamos un volantón. Ni rastro, en
cambio, de la supuestamente abundante Terrera marismeña y tampoco de la Avutarda
hubara ni del Corredor sahariano. Un bando de Ganga
ortega nos sobrevoló, y oímos reclamar un Camachuelo
trompetero y una Curruca tomillera,
en la ladera y en el fondo del barranco, respectivamente, pero no vimos ninguno
de los dos.
Alojamiento días 1 y 2: Aparthotel La Pirámide, Costa
de Antigua (confortable, buenos accesos, buen bufé)
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Tarro canelo. Foto Jose Antonio García. |
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Tarro canelo. Foto Jose Antonio García |
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Bisbita caminero. Foto Luis Mario Arce |
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Tarro canelo en vuelo. Foto Luis Mario Arce |
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Trio de Tarro canelo. Foto Luis Mario Arce |
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Tarro canelo en vuelo. Foto Javier Martín |
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Tarro canelo. Foto Javier Martín |
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Tarabilla canaria. Macho. Foto Javier Martín |
DÍA 2: BUSCANDO LA
HUBARA DESESPERADAMENTE
Para
empezar bien el día y aprovechando la proximidad del hotel a la línea de costa,
recibimos el amanecer en los acantilados marinos de la Punta del Cangrejito, a
diez minutos caminando desde el alojamiento. Se trataba de buscar pardelas. Y
las vimos. Aunque no apareció la deseada Pardela de Barolo/macaronésica (o de
Audubon, según la referencia taxonómica), difícil en esta época, sí lo hicieron
la Pardela sombría y la más numerosa Pardela cenicienta canaria. Poco más en el mar:
algunas Gaviotas patiamarillas y una
solitaria Gaviota sombría. En tierra, en los
acantilados, una pareja de Cuervo grande,
extremadamente confiada (posó para las cámaras a apenas 4 metros de distancia),
y algunos Bisbitas
camineros.
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Bisbita caminero. Foto Luis Mario Arce |
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Cuervo grande. Foto Luis Mario Arce |
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Tórtola turca. Foto Luis Mario Arce |
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Pareja de Cuervo grande. Foto Jose Antonio García |
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Cuervo grande. Foto Jose Antonio García |
Tras
el desayuno, nos encaminamos a los llanos
de Tindaya, con un objetivo claro: la Avutarda hubara africana. Realizamos
un recorrido por las pistas entre esta localidad y El Cotillo, primero por una vía asfaltada que muere a pie de playa,
en La Huesilla, y después por la pista de tierra que la corta y se dirige,
hacia el Norte, al barranco de Esquinzo y, de aquí, a El Cotillo. Pasamos tres
horas en la zona, entre las 09.55 y las 13.05. No hubo suerte con la hubara. Sí
vimos, en cambio, seis o siete Corredores
saharianos, los tres últimos, llegando a El Cotillo, muy confiados, Curruca tomillera y la única Terrera marismeña del viaje, y repetimos Tarabilla
canaria (un macho posado en un muro de piedras que alojaba una
colonia de Ardilla terrestre de Berbería), Ganga ortega, Busardo
ratonero, Cernícalo vulgar y Alcaudón “desértico”.
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En busca de la Hubara. Foto Marel |
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Corredor sahariano. Foto Luis Mario Arce |
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Curruca tomillera. Foto Luis Mario Arce |
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Corredor sahariano. Foto Javier Martín |
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Corredor sahariano. Foto Javier Martín |
Al
fallar la Avutarda hubara, reorganizamos el programa del día para volver a
probar suerte en los dos puntos donde la habíamos intentado, prescindiendo para
ello de la visita a la zona de Betancuria. Mantuvimos, en cambio, la comida en Corralejo, en el extremo norte de la
isla, una pausa costera en una jornada netamente esteparia.
De camino, en Lajares saltó la sorpresa del día: un Alzacola rojizo
(ocasional en Canarias) en un huerto del pueblo. En Corralejo había más de un
centenar de Pardelas cenicientas canarias a
la vista, la mayoría lejanas, en una concentración de pesca, pero también un
pequeño grupo junto al islote de Lobos,
donde volaban, además, un par de Charranes
patinegros, y varios ejemplares aislados que pasaron cerca de nuestra
posición. En los arrecifes rocosos se agrupaban sendos bandos de Chorlito gris y Zarapito
trinador, además de grupos menores o individuos aislados de Correlimos tridáctilo, Correlimos
común, Vuelvepiedras común, Archibebe claro y Archibebe
común, a los que no tardó en agregarse medio centenar de Chorlitejos grandes.
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Zarapitor trinador. Foto Javier Martín |
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Gaviota patiamarilla. Foto Javier Martín |
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Zarapito trinador. Foto Luis Mario Arce |
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Chorlito gris y Aguja colipinta. Foto Jose Antonio Garcia |
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Correlimos tridáctilo. Foto Jose Antonio García. |
El tercer
intento con la hubara nos devolvió a los llanos entre Las Parcelas y la presa de
Los Molinos, donde repetimos las especies de la primera visita, más el Corredor sahariano. Pero nada de hubaras.
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Paisaje. Foto Javier Martín |
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Paisaje. Foto Javier Martín |
Aunque
ya era tarde, decidimos hacer un último intento en Tindaya (al día siguiente volábamos temprano a Gran Canaria).
Elegimos la pista que rodea el piedemonte de la Montaña de Tindaya para empezar
y enseguida nos desviamos por la que conecta con la pista a El Cotillo. Nuevo
fracaso. Como premio de consolación, observamos un nutrido bando mixto de Camachuelo trompetero, Pardillo
común (dominante) y Bisbita caminero,
de conducta inquieta, de tal modo que costó identificar las especies y, más
aún, cuantificarlas.
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Tindaya. Foto Luis Mario Arce. |
DÍA 3: PÁJAROS AZULES
Segunda
etapa. Cambio de isla. Aterrizamos en Gran Canaria a las 11.00, pero no
arrancamos hasta casi dos horas después por los trámites de traslado a la
oficina de alquiler de coches (en Cruce de Aguinaga) y las gestiones
correspondientes. Mientras unos hacíamos el papeleo, otros, en el exterior,
observaban el primer Halcón tagarote del
viaje, un juvenil en vuelo muy bajo. Otro ejemplar, un adulto, saldría en la
ruta a Inagua, nuestro destino del día, el hogar del Pinzón azul de Gran Canaria;
también se vieron en el camino dos interesantes concentraciones de Busardo ratonero, de ocho y 16 aves. Una vez
comenzamos a ascender por la tortuosa carretera que se adentra en los pinares
canarios, por encima de Mogán,
empezamos a sumar especies: Gavilán común, Serín canario,
Mosquitero
canario… además del ubicuo Bisbita caminero.
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Bisbita caminero. Foto Javier Martín |
Llegamos, por fin, al
corazón de los pinares de Inagua,
donde Ignacio tenía bien localizada una zona idónea para el pinzón. Nos recibió
una concentración de Mosquiteros canarios, comiendo en los
matorrales de un claro forestal, y oímos un Petirrojo
europeo (de la subespecie marionae,
descrita recientemente y endémica de la isla). Al poco de echar a andar,
aparecieron dos parejas de Herrerillo de Gran Canaria, de intensos colores.
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Inagua. Foto Luis Mario Arce |
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Pinar de Inagua. Foto Luis Mario Arce |
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Pinar de Inagua. Foto Luis Mario Arce |
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Grupo. Foto Marel |
Una vez en el punto de los pinzones azules de Gran Canaria, éstos no
tardaron en acudir: cuatro machos adultos y una hembra. Pudimos observarlos
largo rato, aunque siempre en las copas, con cambios constantes de posadero. La
población global de esta especie no alcanza los 400 individuos y ocupa una
reducida área geográfica, además fragmentada en dos núcleos:
Inagua-Ojeda-Pajonales, de 39 km2, y La Cumbre, de 18 Km2. Su tendencia
demográfica actual parece estable (gracias, en parte, al refuerzo de un programa
de reintroducción), aunque los recurrentes incendios forestales representan una
espada de Damocles sobre su futuro; de hecho, los que se declararon al inicio
de este otoño arruinaron el proyecto de conectar el núcleo de Inagua con otro
pinar donde antiguamente habitaba la especie, que quedó arrasado. Un
escondedizo Pico picapinos y, ya en el
descenso, un cernícalo vulgar y una perdiz moruna (introducida) cerraron la lista de
especies del día.
Alojamiento días 3 y 4: Koala Garden Suites, Maspalomas
(confortable, buen bufé, buenos servicios)
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Mosquitero canario. Foto Luis Mario Arce. |
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Pinzón azul de Gran Canaria. Foto Luis Mario Arce |
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Pinar de Inagua. Foto Jose Antonio Garcia |
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Pinzón azul de Gran Canaria. Foto Jose Antonio García |
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Grupo. Foto Jose Antonio García. |
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Grupo. Jose Antonio García |
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Pinzón azul de Gran Canaria. Foto Javier Martín. |
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Pinzón azul de Gran Canaria. Foto Javier Martín |
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Casas trogloditas de El Toscón de Tejeda. Foto Luis Mario Arce. |
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Atardecer. Foto Jose Antonio García. |
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Marel y Luis. Foto Jose Antonio Garcia. |
DÍA 4: SORPRESAS Y
EXÓTICOS
Despedida
y cierre. Con el vuelo de regreso a las 18.50, y una vez despachado el pinzón
azul (de haber fallado, hubiésemos vuelto a Inagua), teníamos por delante toda
la mañana para pajarear tranquilamente. A sugerencia de Ignacio, comenzamos la
jornada, al amanecer, en la Charca de
Maspalomas. No esperábamos nada especial, pero hubo varias sorpresas: Martinete común, Garza
imperial, Espátula común y Gaviota de Audouin, salvo el primero, en todos los
casos aves inmaduras.
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Espátula común. Foto Luis Mario Arce. |
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Garza real. Foto Luis Mario Arce. |
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Gaviota de Audouin. Foto Luis Mario Arce |
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Garza imperial. Foto Jose Antonio Garcia. |
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Garza real. Foto Javier Martín |
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Gaviota de Audouin. Foto Javier Martín. |
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Herrerillo de Gran Canaria. Foto Luis Mario Arce. |
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Gorrión moruno. Foto Luis Mario Arce. |
Dos Vencejos unicolores sobrevolaron la zona, por
la que se movían pequeños bandos de Serín canario; un Halcón
tagarote adulto pasó en vuelo muy bajo, llevando una Cotorra de Kramer en las garras.
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Serín canario. Foto Luis Mario Arce. |
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Halcón de tagarote con Cotorra de Kramer. Foto Javier Martín |
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Cotorra argentina. Foto Jose Antonio García. |
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Cotorra de Kramer. Foto Jose Antonio García. |
Este psitácido
exótico abunda en la zona, donde también tiene una nutrida presencia la Cotorra argentina, igualmente introducida. Otras
novedades para la lista del viaje fueron la Curruca
cabecinegra y los dos Mosquiteros comunes
que cantaban en el arbolado de la cola de la charca (también sonaban varios Mosquiteros
canarios, que permitieron la comparación de cantos). Mientras
estábamos en la charca, Ignacio pasó por el Campo de Golf de Maspalomas, donde lo único destacable fueron tres Tarros canelos y cuatro Chorlitejos
chicos. A las 09.00 volvimos al hotel a desayunar.
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Abubilla. Foto Luis Mario Arce. |
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Abubilla. Foto Javier Martín |
Finalizado
el desayuno, nos encaminamos, hacia el Norte, a Juncalillo del Sur, sitio de interés científico que ampara una
amplia llanura aluvial cubierta de vegetación xérica y con charcas temporales
que representan un importante atractivo para las aves. No obstante, la visita
fue poco productiva: Cernícalo vulgar, Bisbita
caminero, Curruca tomillera, Alcaudón “desértico”… Lo más destacable no fue un
ave, sino un reptil: un magnífico macho adulto de Lagarto gigante de Gran Canaria.
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Lagarto gigante de Gran Canaria. Foto Jose Antonio García. |
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Juncalillo del Sur. Foto Luis Mario Arce. |
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Bisbita caminero. Foto Luis Mario Arce. |
Se acercaba la hora de comer, de manera que nos planteamos visitar solo lugares
muy cercanos y rápidos de ver. El primero fue la Punta de Tenefé, donde no había más que un Chorlitejo
grande en las salinas y un pequeño grupo de Vuelvepiedras
comunes y un solitario Zarapito trinador
en el pedrero. De aquí nos desplazamos a las cercanas balsas de Aldea Blanca, donde descansaba medio centenar de Garzas reales y una pareja de Tarro canelo; aquí cerramos la lista de especies
del viaje con un segundo reptil: el lagarto atlántico. Solo restaba comer –lo
hicimos en un restaurante de Pozo Izquierdo– y desplazarse a Cruce de Arinaga
para tomar allí el minibús al aeropuerto, poniendo el punto final a un viaje
“express” muy satisfactorio, que nos dejó con ganas de más.
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Foto Jose Antonio García. |